¿Qué palabras usas cuando te hablas a ti mismo/a? ¿tu voz interior es exigente y fuerte o tranquila y amable? La mayoría de las veces ese diálogo interno puede ser una fuente de sufrimiento, pero puedes cambiarlo siendo más consiente y transformando la relación contigo mismo/a. Te compartimos algunos consejos para empezar a cambiar esos pensamientos.
El diálogo interno es la conversación que mantenemos en nuestra cabeza y aunque a veces no seamos conscientes, esta voz interior tiene un gran impacto en la forma como nos relacionamos con nosotros mismos y las personas que nos rodean.
Establecer un diálogo interno positivo no es fácil porque nuestro cerebro quiere protegernos de los peligros y amenazas, haciendo que nos concentremos en las cosas negativas con mucha más frecuencia que en los aspectos positivos que tenemos alrededor, pero transformar ese diálogo nos ayudará a aceptarnos con nuestros conflictos y virtudes y a ser nuestra mejor compañía en cada momento de la vida ya sea alegre, difícil o doloroso.
Si quieres dejar de reproducir esos pensamientos como “no hago nada bien”, “no soy capaz con eso” o “soy una mala persona” puedes poner en práctica las siguientes recomendaciones:
Trátate como lo harías con un amigo/a
En momentos en que te encuentres diciéndote cosas negativas, recriminándote por un error o por haber fallado en algo, podrías preguntarte ¿le hablarías así a un ser querido?, si la respuesta es no, deja de hacerlo contigo. También preguntarte cómo sería tratarte con amabilidad en ese momento, puede ayudarte a reflexionar y no quedarte en el autocastigo, sino encontrar los aprendizajes que te está dejando esa situación.
Enfócate en lo que tienes
Con frecuencia estamos concentrados en los que nos falta o lo que no nos hace felices, eso alimenta los pensamientos negativos y la sensación de insatisfacción. Enfocarnos en lo que sí tenemos y agradecer las cosas positivas nos ayuda a cambiar la mirada y el pensamiento.
Afirmaciones positivas
Las palabras e imágenes positivas e inspiradoras pueden ayudarte a cambiarle la dirección al pensamiento. Escribe pequeños recordatorios y pégalos en los lugares donde pasas tiempo como la casa o la oficina, por ejemplo: Soy valiosa/o, estoy orgullosa/o de mí misma/o, sí puedo lograrlo.
Autocompasión
Sostenernos cuando estamos tristes o sufriendo, reconocernos como los seres humanos imperfectos que somos, valorar nuestra historia y cada experiencia de vida nos hace ser autocompasivos y hablarnos de manera amable, no solo para aliviar los dolores, sino también para prevenirlos y establecer una relación más justa con nosotros mismos.
El diálogo interno positivo te recordará que estamos en constante aprendizaje y mejora. Además, te invitará a hacer las cosas de la mejor manera posible evitando hacerte daño y dañar a otros.
En el siguiente audio encontrarás más información sobre esta importante forma de generar bienestar emocional: