Mirarse al espejo es un ejercicio que hacemos todos los días, tal vez cuando nos bañamos los dientes o cuando nos arreglamos para ponerle la mejor cara posible a cada día, nos vemos a los ojos y pensamos que este momento es una nueva oportunidad para hacerlo mejor, pero, a veces hay sombras que son imposibles de desvanecer así le apliquemos una gran dosis de optimismo, a veces nuestra historia o la de nuestra familia tiene puntos oscuros que no nos dejan sonreír con plenitud.
Esa persona con el paso del tiempo y mediante la justicia terrenal o cósmica recibe lo que da, el universo es un enamorado del equilibrio y siempre termina poniendo cosas en la balanza para equilibrar la «partida». Pero las familias son las que más sufren con estas situaciones porque si bien no pueden desconocer el lazo de sangre que los une con esa persona, saben que hizo algo equivocado, algo injusto y en muchos casos la familia completa se carga con esa culpa terminando el dolor y la tristeza en los hombros en los que no debería estar.
Todos tenemos familia, todas las familias tienen una historia, y ninguno de los miembros de la familia es responsable de lo que hacen los demás integrantes, no es sano dejar que la mala práctica de alguno de los integrantes pese en nuestros hombros porque es su proceso, es su vida, es su carga a llevar.
Queremos dejarte un ejercicio para que ese peso regrese a quien lo debe cargar y no te agote física y emocionalmente:
Toma una hoja tamaño carta y un lapicero.
De tu propia mano escríbele una carta a esa persona (no importa si está viva o muerta) y dile lo que su acción ha generado en tu vida, descríbele esos momentos duros en los que has sentido que debes lidiar con lo que él o ella hicieron.
En la misma carta deséale que pueda reconciliarse consigo mismo, que pueda perdonarse y que pueda liberarse de ese peso que no le deja ser feliz, dile cómo será su vida cuando ya haya logrado equilibrar la balanza y deséale buena suerte, envíale amor y perdón.
Lee la carta en voz alta y guárdala en un sitio que solo tú conozcas y vuélvela a leer una semana y un mes después, luego quémala y deja que esas cenizas suelten ese peso que está en tu vida. Para sanar hay que soltar y para soltar hay que transformar.
Aquí te dejamos un video que te ayudará a entender y a llevar de la mejor manera los secretos familiares.
La Corinta.
Escuela de creatividad.
Historias de Grandeza | No todo queda en familia
¡Ponle un nuevo ritmo a tus días! A veces en nuestro afán de proteger a los que amamos, terminamos cargando dolores, tristezas y culpas que no son nuestras.